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¿Crisis de los 30?: en mi cara no, gracias

Quizás ya has inaugurado la gloriosa década de los 30, quizás te falta poco para hacerlo. Sea como fuere, seguro que, últimamente, has notado ciertos cambios en tu vida: son cambios sutiles, sibilinos, de esos que ganan terreno discreta, pero imparablemente hasta que, un día cualquiera, ya no reconoces al hombre al otro lado del espejo.
¿Despistado? Enumeramos algunos de los síntomas más clásicos del salto temporal (y aquí, queremos rememorar este glorioso artículo de Playground): donde antes había una botella de vodka y otra de Fanta, ahora hay dos de tinto (y no precisamente ‘Don Simón’); un viernes sin plan ya no es una condena social, es una bendición; la comida ya no es algo que ingerir para poder seguir bebiendo, es una experiencia sublime de la que gozar y por la que pagar; la resaca ya no dura lo que tarda en volver a hacerse de noche, sino dos días (mortales); ordenar la casa se ha vuelto ‘terapéutico’ y el deporte es una necesidad fisiológica irrenunciable.  
El ‘treintañero’, sin embargo, no sólo se identifica por sus renovados gustos. La ‘crisis’ de los 30 también se escribe en la piel y en nuestros hábitos de cuidado: en la Universidad, el desodorante (y a veces ni eso, confesémoslo) era todo lo que necesitábamos para sentirnos unos tipos atractivos y ‘decentes’. Pero a los 30 (y, a veces, mucho antes) empezamos a descubrir signos desconcertantes en nuestra imagen: la piel seca, las primeras canas, las mil veces malditas entradas, unas ojeras que llegan hasta el suelo y alguna que otra arruga son sólo algunos de ellos. Y es que, el peso de las responsabilidades y el estrés (muy abundante en estos tiempos que corren) pasan factura y, esta vez, la ‘deuda’ no desaparece con una ‘siesta’ de 12 horas (sí, por desgracia hacerse mayor también significa darse cuenta de que no eres indestructible).
Hoy compartimos contigo un buen puñado de consejos prácticos, como nos gustan a nosotros, para que encares esta nueva etapa con ‘buena cara’ (literalmente) y transformes la dichosa ‘crisis’ de los 30 en una oportunidad para reinventarte a ti mismo. Apunta, que vamos.
Trío de jabones Le Baigneur 

1. Limpia por fuera para limpiarte por dentro: lávate la cara a diario.

Aunque nosotros no usemos maquillaje, limpiarse la  cara cada mañana y cada noche debería ser un ritual de obligado cumplimiento en tu rutina diaria. Limpiar no sólo es esencial para tu piel (la desintoxica, evita la aparición de puntos negros a causa de la contaminación y ayuda a tus células a renovarse manteniéndote joven), además, si lo haces con un buen producto (tómate tu tiempo, disfruta cuidándote) es relajante y tonificante. Te recomendamos que pruebes los jabones artesanos de Le Baigneur, elaborados con ingredientes naturales. Sus aromas mentolados son delirantes y sus aceites (karité, cáñamo o madera de cedro, entre otros) te dejarán la piel suave como la de un bebé.
Maquinilla de afeitar Muhle Barbazul 

2. Convierte el afeitado en un ritual.

Afeitarse con prisa y con maquinillas de plástico debería ser pecado. Afeitarse, como arreglarse la barba, es el ritual masculino por antonomasia: dedícale el tiempo que merece a hacerlo bien. En primer lugar, remoja bien tu cara con agua tibia para abrir los poros. Utiliza una crema de afeitado de calidad (como West Indian Limes, de Truefitt & Hill, con notas cítricas) para mantener la piel hidratada y uniforme antes de pasar la cuchilla. Usa una buena maquinilla, como las de la marca alemana Mühle: pequeñas joyas de ingeniería, fabricadas artesanalmente siguiendo la estética clásica, son pura belleza y precisión. Al afeitarte, no hagas demasiada  presión y sigue la dirección del crecimiento del vello (nada de afeitarse a contrapelo, que irrita). Termina con un buen after-shave, como éste de Baxter, con aloe vera y aceite de árbol de te, que te dejará la piel hidratada y fresca durante todo el día.
 Jack Black Face Buff 

3. Exfoliar es renovar: vuelve a nacer cada día.

La piel se renueva cada noche, por lo que eliminar las células muertas antes de acostarse es muy importante. Tómatelo como una máxima vital y exfóliate una media de 3 veces por semana (si tienes la piel acneica o muy sensible bastará con un par).Utiliza un buen exfoliante, como este de Jack Black, que contiene vitamina C para revitalizar la piel, alantoina, para regenerarla y mentol, para refrescarla. Si te afeitas, exfóliate antes de pasar la maquinilla para evitar la irritación y la aparición de pelos enquistados en los poros.Grown Alchemist detox serum antioxidant    

4. Más vale prevenir que curar: protege tu piel del envejecimiento prematuro.

Ahora que ya sabes que no eres indestructible, conviene que empiezes a prevenir (la siguiente década, la de los 40, será más dura que esta). Protege tu cara del sol durante el día, especialmente si estás mucho al aire libre (e incluso aunque esté nublado), sus rayos, por mucho que te gusten, son uno de los mayores enemigos de tu piel. Utiliza productos con FPS (te lo traducimos: ‘factor de protección solar’) y sérums o hidratantes con componentes antioxidantes para prevenir y paliar los primeros signos del envejecimiento, como este de Grown Alchemist, que contiene ingredientes orgánicos y tri-péptidos para desintoxicar y rejuvenecer la piel.    Hidratante facial SPF-30 Malin Goetz

5. Mantenerse hidratado: el secreto de "la buena cara".

Los cambios de estación, el estrés y la contaminación afectan a tu piel dándole un aspecto seco y apagado (lo que se suele llamar ‘mala cara’). Bebe mucha agua (puedes añadirle zumo de limón y ya lo redondeas), no abuses del agua caliente en la ducha y, sobre todo, utiliza una buena crema hidratante  que mantenga tu piel protegida y nutrida durante todo el día, pase lo que pase. Te recomendamos ésta, de Malin + Goetz, que además tiene FPS 30 -un escudo infalible contra los rayos del sol- y antioxidantes procedentes del te verde. Y, si tienes barba, ojo porque la tendencia a la sequedad de la piel es mayor. Usa un aceite para barba, como Beard Oil Booze & Baccy, de Captain Fawcetthecho a mano con aceites esenciales y hojas de tabaco, entre otros.     Foto de Royal Fashionist      

6. Mucho ejercicio, dieta sana y cero estrés.

El secreto último para tener una piel de cine no es otro que el bienestar (seguro que éste ya te lo sabías). Insistimos: haz deporte. No importa lo demoledora que sea tu lista de responsabilidades, cuidarte debería ser siempre la primera de tus prioridades. Come bien (por favor, evita esas escapadas intempestivas a las tiendas de comida rápida. De nuevo, el trabajo no es una excusa) y, la más difícil, mantente ‘zen’: evitar dejarte llevar por la ansiedad y el estrés puede quitarte 10 años de encima.   ¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a la newsletter de Barbazul y recibe en tu correo promociones exclusivas para hombres exigentes, como tú.

¡Hasta la semana que viene!

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