No es una regla universal, pero casi casi: los hombres y el calor no casamos bien. En la terraza preferimos la silla que está a la sombra (esa que ellas nunca quieren) y, en la oficina (para desesperación de nuestras compañeras femeninas), el aire acondicionado a tope y el ambiente cuanto más fresco, mejor. Y es que, si bien es cierto que (como a todos) el verano nos encanta, también lo es que nos desconcierta y nos llena de dudas existenciales (véase, "¿es adecuado ir en bermudas a la oficina?" o "¿cómo evitar el 'cerquillo' de sudor -a lo Camacho- en la camisa?", entre otras muchas). Hoy en Feel Good compartimos contigo 5 claves de moda y cuidados para que sobrevivas a la estación de Helios, y hasta apruebes con nota. ¡Apunta!
1. Bermudas (sí, también en la oficina)
Perdonadnos que seamos tan claros, pero hay pocas cosas más tristes que un ejecutivo embutido en su traje en pleno agosto, sufriendo cual pingüino en el Sahara. A no ser que en tu empresa se contemplen unas normas de etiqueta demasiado estrictas deberías hacerte ya mismo con varios pares de bermudas (y, ojo, que 'bermudas' no es sinónimo de estampados caribeños). La penda masculina por antonomasia del verano da para bastante más de lo que la mayoría nos imaginamos y, bien elegida y combinada, puede ser la pieza central de looks sumamente elegantes (y, más importante aún, apropiados para esta época del año). Y, sino, echa un ojo a los outfits de algunos de los blogueros masculinos de referencia, como Manuel Ordovas.
2. Piedra de alumbre: no al 'cerquillo' de Camacho
Hay muchos motivos para no olvidar a Camacho. Uno de ellos (para su desgracia) son sus memorables cercos de sudor en las axilas, impresos ya en la memoria colectiva para siempre. Y es que un exceso de sudoración (cuando el problema es muy persistente los dermatólogos hablan de hiperhidrosis) puede ser la ruina de un hombre (al menos en términos de imagen). Para evitar accidentes indeseados, sin embargo, basta con un poco de sentido común (por ejemplo: evita usar camisas de colores claros, como las favoritas del citado entrenador, y decántate por los oscuros) y un buen antitranspirante que frene la actividad de las glándulas sudoríparas y no sólo disfrace el olor (como los desodorantes convencionales). La piedra de alumbre es un remedio eficaz (recomendado por dermatólogos) y completamente natural, con propiedades hidratantes y antisépticas (además, por cierto, es un excelente after shave usado con frecuencia por barberos). Y, si esta opción no te convence, siempre puedes decantarte por soluciones más convencionales -eso sí, sin alcohol ni aluminio, dañinos para la piel y el organismo-, como este Citrus & Herbal Deodorant de Baxter of California.
3. Soluciones 'anti brillos' faciales
Una cosa es ser brillante, metafóricamente hablando, y otra serlo en el sentido estricto de la palabra. Lo primero es estupendo, lo segundo, un rollo (y además, nada estético). Los brillos faciales aparecen como consecuencia de un exceso de grasa o sudoración de la piel y existen varios remedios para combatirlos. El primero es usar una crema hidratante adecuada para regular los niveles de grasa de tu piel (sin secarla): esta, de Grown Alchemist, está especialmente indicada para ello (y nos encanta por su formulación, íntegramente orgánica). Lo segundo, un truquito: aplícate un tónico facial, como Herbal Mint Toner, de Baxter of California, a lo largo del día con un algodón. Te ayudará a refrescar tu piel y a mantenerla libre de los odiosos brillos. Palabra.
4. Crema solar (si insistimos, es por algo)
Todos los años las playas españolas se llenan de desastres con piernas (quizás no tan escandalosos como el de la foto que ilustra este punto, pero igualmente bastante lamentables). ¿Los culpables? Una suma de malos hábitos de cuidado y de manías masculinas (como la de muchos de no apear el pantalón, la camiseta o el reloj hasta que ya es demasiado tarde) que tienen como consecuencia un moreno chapucero y burdo que es de todo menos elegante. Una pena, porque no hay nada más fácil que coger un buen moreno. Para hacerlo, elige una buena crema protectora, cuidando especialmente la piel de tu cara, más sensible al envejecimiento, con un FPS mínimo de 30 (fíjate que incluya protección tanto contra los rayos UVA como contra los UVB). Repártela de forma generosa (y por Dios, ¡uniforme!) y expónte al sol moderadamente durante varios días: obtendrás un moreno duradero y saludable (utiliza siempre after sun para mantenerlo aún más). Y, si tienes prisa, existen opciones como las píldoras aceleradoras del bronceado (aunque debemos advertirte que sus resultados han sido cuestionados por varios estudios y organismos), los aceites bronceadores (siempre con protección alta y cuando ya estés moreno) o las zanahorias de toda la vida ; )
5. Menos malos humos, y a disfrutar
Parece mentira, pero nos pasamos todo el año esperando las vacaciones y, cuando por fin llegan, echamos a perder la mitad de nuestro valiosísimo tiempo libre gruñendo: que si a dónde nos ha mandado el GPS, que si no hay sitio para aparcar el la playa, que si estamos gastando mucho dinero... ¿Nuestro consejo?: asume ciertos males menores (vas a gastar más de lo que deberías, vas equivocarte eligiendo restaurante / hotel / playa etc) y disfruta: cuando vuelvas a la oficina todo te parecerá pecata minuta y echarás de menos (mucho) tu libertad.
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